Me gusta mucho tener pesto casero en el frigorífico. Es una de esas salsas que, además de estar muy rica, puede cambiar un plato con tan solo añadir un par de cucharillas. Y todos sabemos que cuando vas un poco justo de tiempo, es fácil caer en los platos rápidos y aburridos. Por eso te recomiendo hacer tu propio pesto.
Por unos días puedes olvidarte del kétchup o de la mostaza. Un simple filete de ternera, o de lomo de cerdo, un solomillo, una hamburguesa (o cualquier tipo de carne en realidad) se convertirá en algo mucho más especial si le añades un poco de pesto. Eso sin contar sus usos más habituales, como por ejemplo los diferentes tipos de pasta.
Pesto, my lifesaver!
La última vez que lo hice (hace unas semanas) decidí echarle un vistazo a la receta de Gennaro Contaldo. Si eres seguidor habitual de Jamie Oliver, o aficionado a la comida italiana, es bastante posible que te suene su nombre. Es un cocinero italiano, con varios libros y programas de televisión.
Y aunque al final no hice el pesto siguiendo su receta, seguí sus consejos.
El pesto es una de esas cosas que hago a menudo, pero lo voy adaptando a lo que tengo en casa. Lo hago con piñones, con pistachos (¡espectacular!) y con nueces. Cuando empecé a hacerlo, siempre fallaba en lo mismo: ponía poca albahaca, y me pasaba con el ajo. Con el tiempo he aprendido a corregirlo. He dejado de ser tímida con la albahaca, e intento no pasarme con el ajo ( ¡me encanta!). Lo más importante para que el pesto quede bien, es encontrar el equilibrio.
Por comodidad hago el pesto con el robot de cocina, pero si no tienes hazlo con un mortero.
Ingredientes:
- 3 puñados de albahaca fresca
- 1 puñado de nueces
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada colmada de queso parmesano
- Aceite de oliva, pimienta negra y sal
- Un poco de jugo o raspas de limón (opcional)
1. Primero pongo en el vaso del robot de cocina el ajo y las nueces. Le doy un par de golpes de cuchilla.
2. Cuando tienen una textura granulada, añado las hojas de albahaca y un chorro de aceite de oliva. Lo trituro (pero sin pasarme) hasta que alcanza una textura cremosa.
3. Mezclo el queso rallado a mano, salpimiento y añado unas gotas o raspas de limón. Puedes darle un golpe de cuchilla, pero breve.
4. Vete probando el pesto a medida que añades los ingredientes, así no te llevarás sorpresas al final.
Con el paso de los días es posible que su sabor se intensifique (¡ajo!), así que no te pases con la sal.
Conservación
- Frigorífico
Lo meto en un frasco, y antes de cerrarlo, echo un chorro de aceite de oliva por encima para evitar que el pesto se oxide. Suele aguantar de 5 días a una semana, más o menos.
- Congelador
Échalo en una bandeja de cubitos de hielo. Cuando los cubitos se hayan congelado, sácalos de la bandeja y guárdalos en una bolsa de congelar. Ahorrarás espacio, y protegerás el pesto. Descongélalo a temperatura ambiente.